¿Qué nos impide responder al clamor de Dios? – Pastor Gabriel Billar Facundo

Introducción:
El sinónimo de la palabra clamar es llamar o pedir.
Y hasta este día Dios sigue clamando y buscando entre sus hijos para que le sirvan, pero son pocos los que responden, sin embargo el cristiano clama a Dios y fielmente el Señor siempre le responde.
Salmos 18:6 En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.”

Jeremías 33:3 “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.”

Jonás 2:2 y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste.”

En Isaías 6:8, Dios estaba clamando por la salvación de los hombres.
El clamor de Dios sigue siendo el mismo esperando que el hombre responda diciendo heme aquí envíame a mi.
Dios sigue buscando hombres y mujeres que anuncien la salvación de los hombres, predicando el Evangelio del Señor Jesucristo.
Cuando el cristiano tiene una comunión estrecha con Dios, será imposible que el cristiano no escuche su clamor, y como resultado acuda a su llamado.

PRIMER IMPEDIMENTO: No tener una visión correcta de quién es Dios.
Isaías 6:1-3 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.”

Muchos cristianos, no le dan la importancia al Gran Nombre de Dios, por lo tanto no tienen interés por incrementar la comunión con Dios, y no son constantes en leer la Biblia y orar.

Habacuc 1:13 “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él.”

Éxodo 3:1-5 Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. 2Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. 3Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. 4Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: !!Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. 5Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.”

SEGUNDO IMPEDIMENTO: No tener una visión correcta de quién eres tú.
Isaías 6:5 “Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.”

Si no hay humillación y quebranto del cristiano cuando estás en la presencia de Dios, es porque no ha reconocido la grandeza y la santidad de Dios, la cuál está por encima del pecado del hombre.

Cuando hay pecado en la vida del hombre, automáticamente se generará un IMPEDIMENTO que evitará responder al clamor de Dios.
El mayor pecado de todo cristiano es:
No ganar almas.

TERCER IMPEDIMENTO: Por no tener una visión correcta el perdón de Dios.
Isaías 6:4-6 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. 5Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. 6Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;”

Todo cristiano, muchas veces olvida que Dios le perdonó TODOS sus pecados, y como consecuencia el maligno lo hace parecer inmerecido del llamado de Dios.
Romanos 3:24 “Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,”
1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”

Para reflexionar:
Cuánto vale para ti el alma del hombre?

¿Aún sigues sin responder al llamado de Dios?
Seguramente porque no has entendido quién es el que te está llamando.
O probablemente no te has humillado ni quebrantado frente a Él por causa de tu pecado.
Y si Dios ya perdonó tu pecado, entonces que no se te olvide que ahora estás libre de pecado…
Así que lo único que tienes que hacer es decirle…
Heme aquí, envíame a mi.

Ponte a cuentas con Dios.

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