La Seguridad del Creyente

Dr. Elmer Fernández

Pastor de la Iglesia Bautista Northwest de Elgin IL y Director de “Fuegos de Evangelismo”

Acababa de ser salvo, cuando me uní a una iglesia que enseñaba que se perdía la salvación, esto causó gran confusión en mi corazón y por causa de eso hice un estudio intenso por unos años averiguando con muchos pastores y mirando en la Biblia para ver si de veras un cristiano podía perder o no la salvación. Lo siguiente es parte de ese estudio:

1. Tenemos que comprender las dos fuentes de salvación. Solo hay dos fuentes de salvación: la de Caín y la de Abel. Desde el libro de Génesis el libro de los orígenes, comenzaron las dos maneras de las cuales el mundo trata de obtener salvación.

a. La de Caín. Ofreciendo el fruto de su labor, es por obras, por méritos, por mi conducta, los ritos, los sacramentos, sea obras para obtener la salvación u obras para mantener la salvación. La Biblia claramente nos enseña que nuestra justicia no es por obras sino por su misericordia (Gal. 2:16, Gal. 3:10-13, Gal. 3:1 8-24, Tito 3:5, EI’esios 2:8-9.)

b. La de Abel. Abel a diferencia de Caín, no trajo el fruto de su labor sino que puso su fe en la sangre del cordero. Igualito que los israelitas pusieron su fe en la sangre del cordero para ser librados del ángel de la muerte en el libro de Éxodo, esa es la pascua que era la t’e en la sangre del cordero simbolizando al Señor Jesucristo que iba a venir un día a morir por nosotros Juan el Bautista dijo “He ahí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” y es su sangre la que nos limpia y es su ‘sangre la que nos justicia

En Romanos 5:9, Romanos 3:25, Hebreos 9:11-14, Hebreos 9:22, Hebreos 10:19 la Biblia claramente nos enseña las dos fuentes de salvación: Una, es el hombre tratando por sí mismo; la otra, es la fe en la sangre del Cordero de Dios.

2. Dos justicias. En Romanos 10:3 se nos habla claramente de las dos justicias. “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios. La Biblia nos habla de la justicia de Dios y nuestra propia justicia.

a. Nuestra propia justicia. La persona esta tratando de ir al cielo por su propia justicia o ser justo para ser salvo o mantenerse justo para mantenerse salvo. Esa es su propia justicia que está tratando de establecer esa persona. El confía en sus méritos, buena conducta, buenas; obras, etc.

b. La justicia de Dios. La que el imparte por fe, lo que llamamos la justificación. Parece que la Biblia se contradice cuando dice “No hay justo ni aun uno” (Romanos 3:10), sin embargo Mateo 25:46 nos dice “E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” quiere decir que solo los justos entraran al cielo. En 2Pedro 2:6-7 nos habla sobre Sodoma y Gomorra y nos menciona el “justo Lot” ¿Era justo Lot? No lo creo, humanamente hablando Lot no era perfecto sin embargo la Biblia le llama el ‘justo Lot” ¿Pueden los justos ir al cielo? ¿Quién es justo’? Como repetimos “no hay justo ni aun uno” dice la Biblia pero cuando está hablando del justo Lot no estaba hablando de la justicia que Lot tenía por sí mismo es que el había confiado en la justicia de Dios impartida por fe. En Romanos 3:21-28 vemos aquí ésta justicia de Dios que es por medio de la fe en Cristo, en el y. 24 dice “siendo justificados gratuitamente por su gracia “, no es algo que yo merezca, en otras maneras en que justicia estoy confiando para ir al cielo ¿En mi propia justicia o en la justicia de Jesucristo? Si me escondo tras la justicia de Cristo, Dios me ve como justo, mi fe no esta en mi justicia sino en la del Señor Jesucristo, ¿Puedo perder mi salvación? Solo si Cristo peca si puedo perderla (pero eso nunca pasará), yo no puedo perder mi salvación porque mi fe no esta en mi justicia pero en la de Cristo. De esta manera Dios recibe la gloria, la alabanza, y es por gracia porque no es nada que yo haya merecido. En Romanos 4:1-5, Romanos 5:1,9, Romanos 5:15-19, Tito 3:7, Filipenses 3:7-9 claramente nos habla de esta justicia que es impartida por Dios por fe. Y en ese último versículo de Filipenses 3:9 claramente nos dice “Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” la justicia que es de Dios por la fe, la fe en el Señor Jesucristo he puesto mi fe en Su justicia.

Concluimos que el hombre no es justificado por las obras de la ley pero por la fe en la justicia de nuestro Señor Jesucristo. No en mi justicia en la de Cristo.

3. Dos familias. No solo tenemos que comprender que hay dos fuentes del origen de salvación: Caín y Abel, que hay dos justicias: mi propia justicia o la de Dios, pero la Biblia nos enseña también que hay dos familias: La familia del Diablo y la familia de Dios.

a. Hijos del Diablo. Es un error creer que todos somos hijos de Dios en Juan 8:44 nos habla claramente que Cristo les llamó hijos del Diablo a ellos, en Efesios 2:2 nos habla sobre “hijos de desobediencia “, en el versículo 3 nos habla de “hijos de ira

b. Hijos de Dios. En Juan 1:12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” El nos hace hijos de Dios, en 1Juan 3:1-2 nos dice “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios… “. Y en el versículo 2 dice “Amados, ahora somos hijos de Dios“ Quiere decir que si ahora somos hijos de Dios antes no lo éramos, antes de haber recibido a Cristo éramos hijos del Diablo, pero ahora que hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador somos hijos de Dios. Romanos 9:8 “…hijos según la promesa…”, en Gálatas 3:26 dice que somos “…hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. En el momento que pusimos nuestra fe en Cristo, Dios nos hizo hijos, en Efesios 1:5 nos habla que Él nos adopta para que seamos hijos de él, somos adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, entonces Él nos adopta, nos hace Sus hijos y ahora pertenecemos a El. Una excusa que da aquel que cree en perder la salvación es que como podemos ser salvos y vivir una vida como yo quiera, lo que no comprendes es que Dios al que toma por hijo el disciplina en Hebreos 12:5-6 nos dice “…Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.Dios disciplina a sus hijos y si alguien no es disciplinado por el entonces no es hijo dice la Biblia que es bastardo, Dios no se preocupa de los que no son sus hijos pero los que ha recibido como hijo por fe en Cristo ahora ellos disciplina porque pertenecemos a la familia de Dios y un hijo debe honrar al padre (Efesios 6:2), un hijo debe obedecer a su padre (Ef. 6:1) y un hijo debe de imitar a su padre (Efesios 5:1). Dios nunca enviará a un hijo al infierno, solo a los que no son hijos.

4. Dos Garantías del Espíritu Santo. Dios quiere que el cristiano se sienta confiado y seguro de su salvación, el no abandona a su hijo, el no deja a su hijo huérfano, el nos dice que no nos dejará huérfanos pero que nos ha dado el Consolador, el Espíritu Santo (Juan 14:17). En Juan 7:39 el nos dijo que todos los que creyesen a El recibirían el Espíritu Santo cuando Cristo fuera glorificado, en Juan 20:22 el día de la resurrección del Señor Jesucristo, ese día que el fue glorificado el les dijo

Recibid el Espíritu Santo” desde ese bendito día hasta hoy todo creyente tiene al Espíritu Santo morando en él, por eso en 1 de Corintios 3:16 nos habla que somos templo del Espíritu Santo y esa iglesia de Corinto era una iglesia, carnal, mundana y el dijo “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en vosotros? “, el Espíritu Santo ha sido dado para mucha ayuda y por muchas razones, pero hay dos específicamente que tienen que ver con la salvación:

a. Las arras del Espíritu. Quiere decir la promesa, la seguridad, una garantía de compra. En 2Corintios 1:22 dice “El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones “. Arras es Dios garantizándonos que el nos ha comprado por la preciosa sangre de Cristo. 1Corintios 6.19-20 claramente dice esto. 2Corintios 5:5 nos habla otra vez sobre las arras del Espíritu y en Efesios 1:1 3 nos dice que él “… es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida “en otras palabras las arras eran un depósito que se daba para garantía de que iban a comprar ese articulo incompleto, uno va a la tienda y no tiene todo el dinero para comprar esa mercancía y da unas arras, una garantía de que el va a comprar esa mercancía, sea una casa, un carro, un artículo de la misma manera Dios dice yo quiero garantizarte de que voy a terminar lo que he empezado y eso es que voy a dar una garantía de tu salvación y que un día la terminaré y ese es el precioso día que el nos lleve con el al cielo y entonces seremos perfectos pero mientras tanto tengo las arras del Espíritu Santo la garantía de nuestra salvación.

b. El Sello. Otra palabra que es usada en referencia al Espíritu Santo es el sello aquí mismo en Efesios 1:13 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de nuestra salvación, 1’ habiendo creído en El, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” el sello era para marcar a quien le pertenecía, igual que un ganadero se lía su ganado para identifica y poder decir “este ganado es mío, me pertenece a mi” de igual manera Dios nos quiere sellar para garantizar que nosotros somos de El. En Efesios 4:30 nos dice “…fuisteis sellados para el día de la redención. “Ese precioso día cuando nuestra redención sea completa somos sellados hasta que el venga por nosotros o nos lleve con El. En II Timoteo 2:19 nos dice “…teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos” ¿Cómo sabe el Señor cuál es suyo? El que tiene el Espíritu Santo, Dios no da y quita el Espíritu Santo, no hay ningún lugar que nos hable de Dios quitar el Espíritu Santo, Dios quitarnos de su familia, Dios quitarnos su justicia, estas son garantías que Dios nos da de nuestra salvación. ¡Tan grande salvación que tenemos en El!

5. Doble seguridad. El Padre y el Hijo me guardan.

El Señor guarda lo que se le ha encomendado.- En Salmos 37:28 el nos dice “…

no desamparará « sus santos… esos son los que han sido santificados por fe en Cristo, en 2 Timoteo 4:18 “para siempre serán guardado, el nos guarda para siempre”. En 2 Timoteo 1:12 nos habla Pablo claramente “…porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquél día” ¿Qué depósito? El depósito de mi alma, no solamente promete guardar lo que le he encomendado pero soy mantenido por el poder de Dios, es el poder de Dios que me guarda. En 1 Pedro 1:5 dice que sois “…guardados por e/poder de Dios mediante la fe… “en el momento que hemos puesto esa fe en el Señor Jesucristo, Dios le ha encomendado a El mi alma, ahí entonces mi alma está en las manos de El ya no es que este en mi confianza, en mi poder, yo se la he encomendado a El, al Señor Jesús, no puedo ir al cielo por mi mismo, tu llévame, te encomiendo mi alma y la Biblia claramente nos dice en Juan 10:28 sobre sus ovejas y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. “Yo estoy seguro en el poder de Dios, en el versículo 29 dice “Mi padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi padre” si yo puedo perder la salvación el Diablo entonces es mas grande que Dios, el Diablo a través del pecado me arrebató cíe la mano de Dios. Eso es imposible.

6. Dos imposibilidades.

a. Que alguien le quite un hijo a Dios. Primero que alguien le quite un hijo a

Dios eso es lo que Juan 10:27-29 está hablando ¿Puede alguien quitarle un hijo a Dios? El que ha nacido de nuevo ha sido adoptado por Dios por haber recibido a Cristo como Salvador, ahora es hijo de Dios. Nadie ni nada me puede separar de El, Romanos 8:37-39 “Antes en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir ni lo alto, ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” soy ahora hijo de El, pertenezco a El y no hay nadie ni nada que me pueda separar de El, sería una imposibilidad que alguien le pudiera quitar a Dios su hijo.

b. Que la vida eterna deje de ser eterna. Segunda imposibilidad sería que la vida eterna deje de ser eterna. El momento que una persona pone su fe en el Señor Jesucristo Dios le da, Dios le regala la vida eterna Romanos 6:23 nos habla de que “…la paga del pecado es muerte…”, no hay duda lo que merecemos es el infierno ‘…mas la dádiva de Dios es vida eterna… “y esa vida eterna está en el Señor Jesucristo. Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna…” Lo que nos condena al infierno es la incredulidad porque el que ha puesto su fe en Cristo tiene vida eterna, no la tendrá, la tiene ya, es una promesa de Dios de que ya tiene vida eterna. “El que en él cree, no es condenado.’ pero el que no cree, va ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18), al momento de creer Dios le da a uno la vida eterna en Juan 5:24 dice “De cierto, de cierto os digo. El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna,’ y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vide” Eso es promesa de Dios que ya tiene vida eterna. En Juan 6:47 “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. “1 Juan 5:13 “Estas cosas os he escrito a que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna…” Entonces si ya tengo vida eterna en el momento que recibo a Cristo como mi salvador entonces si puedo perder la salvación yo no tenía vida eterna, pero vamos a suponer que fui salvo hace dos años atrás y dos años después pierdo la salvación entonces yo no tenía vida eterna yo tenía vida de dos años, Dios dijo que yo viviría eternamente. Que yo tenía vida eterna, que he pasado de muerte a vida y que no vendré a condenación. Entonces hay dos imposibilidades: que yo sea arrebatado de las manos de Dios o que la vida eterna deje de ser eterna. Tito 1:2 “En la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió…” Dios me ha prometido vida eterna. Esto me lleva al siguiente punto.

7. Dos improbables mentiras de Dios. Si un Cristiano puede perder su salvación entonces hay dos grandes mentiras que Dios nos ha dado. Aunque ya vimos en Tito 1:2 que Dios no miente y en Números 23:19 nos dice “Dios no es hombre para que mienta “, en Hebreos 6:18 nos dice que “es imposible que Dios mienta, la Biblia claramente nos habla y comprendemos claramente que es imposible que Dios pueda mentir, si yo puedo perder la salvación entonces hay dos grandes mentiras que Dios nos dijo:

a. Que no vendría a condenación. En Juan 5:24 prometió que no iría a condenación, yo he pasado de muerte a vida y que no iría a condenación, la Biblia claramente nos dice “…no vendrá a condenación… “, en Juan 10:28

…no perecerán jamás… “eso es claro en la palabra de Dios que el cristiano no perecerá jamás, en Juan 6:37 “… no le echo fuera “, que el no lo va a echar afuera, entonces no hay duda que no hay condenación para aquél que ha puesto su fe en el Señor Jesucristo.

b. Nunca te conocí. La otra mentira que diría Dios sería nunca te conocí en Mateo 7:22-23 dice “Nunca os conocí,’ apartaos de mí… ‘, pero si El me conoció porque yo fui hijo, el me adoptó, me selló con el Espíritu Santo ¿Puede El decir ahora nunca te conocí’? seria una mentira y Dios no es hombre para que pueda mentir.

Concluimos claramente que el hombre es salvo por la fe de Jesucristo y no por las obras de la ley (Efesios 2:8-9).

La única manera que un pecador puede ir al cielo es por la fe en el Señor Jesucristo, en la preciosa sangre. Como Abel puso su fe en la sangre del cordero, como los israelitas en Egipto pusieron la fe en la sangre del cordero nosotros también ponemos nuestra fe en la sangre del cordero para que nos limpie de todo mal. No en mi justicia pero en la justicia del Señor Jesucristo y no en mi poder pero en el poder de Dios. No somos salvos por obras ni nos mantenemos salvos por obras es por la pura gracia de Dios.

Para terminar hago dos preguntas ¿Termina Dios lo que comenzó? Filipenses 1:6 nos dice “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo “. Nuestra salvación es en tres partes:

1. Primero la salvación de nuestra alma que ocurre inmediatamente, al instante que pongo mi fe en el Señor Jesucristo, soy librado del infierno, mi nombre es puesto en el libro de la vida.

2. Segundo, es la salvación de mi cuerpo cuando soy librado de este cuerpo y Dios me da un cuerpo perfecto y,

3. Tercero cuando soy librado de este mundo perverso y soy llevado a ese mundo lindo, entonces mi salvación es completa. Dios termina lo que el empieza, yo lo creo.

Segunda pregunta: Si pierdo la salvación, ¿Qué pecado me quita la salvación? Santiago 2:10 dice claramente que el que rompe la ley en un aspecto es culpable de toda la ley, no hay nadie que pudiera mantenerse salvo por un mes porque no hay duda que en un mes algo va a hacer que a Dios no le agrade o algo no va a hacer que Dios quiere que haga. Pero podemos estar seguros y tranquilos que tenemos un padre que nos ama, como dice la Biblia en Romanos 8:15 “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre” en otras palabras es papá, porque el es mi padre ahora y puedo tener esa confianza, el quiere ayudarme, El quiere darme victoria y cuando me desvío el me disciplina para ayudarme a ser ese hombre que el quiere que sea “El espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos Hijos de Dios “(Romanos 8:16) ¡Gloria a Dios por tan grande salvación que tenemos!

Etiquetado: / / /

2 comentarios en "La Seguridad del Creyente"

  1. Si perder la salvación es lo mismo que perder la vida eterna, es un hecho se puede perder la salvación. Adan y Eva la perdieron, Lucifer y los ángeles también. San Pablo lo dijo: 1Co_9:27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. Nadie puede separarnos de Cristo excepto nuestra propia decisión, sobre esto debemos velar. Mientras tengamos al Hijo tenemos la vida, pero si dejamos de tener comunión y fe en el como nuestro salvador perdemos nuestra condición de salvados. La pregunta es: ¿Puede alguien que perdió la salvación recibirla nuevamente?. Claro que sí, lo enseño Jesús con la parábola del hijo prodigo: Luc_15:24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *